Una rotura de fibras es un desgarro del tejido conectivo que conforma el músculo y es una lesión frecuente en la práctica deportiva, especialmente en deportes como fútbol, rugby o atletismo.
Tienen gran importancia debido a los tiempos de recuperación y a la repercusión económica que supone en deportistas de alto rendimiento provocada por la pérdida de entrenamientos y competiciones, ya que una vuelta demasiado temprana al deporte está asociada con recaídas.
Los músculos más afectados son los que atraviesan más de una articulación (biarticulares) y poseen gran cantidad de fibras rápidas, siendo los más comunes en el fútbol, por orden de importancia, los isquiotibiales, cuádriceps, aductores y gemelos.
Generalmente, los atletas no sienten ningún signo de advertencia previo; sin embargo, en el momento del desgarro perciben un dolor agudo en la zona de la lesión.
El mecanismo lesional, que debe ser tenido en cuenta a la hora de planificar una correcta rehabilitación, puede ser una elongación muscular, gestos explosivos, cambios bruscos de velocidad o contusiones.
La detección de estas lesiones se lleva a cabo mediante ecografía y en función de los hallazgos encontrados en las imágenes (cambios estructurales, tamaño de la lesión, etc) podemos clasificarlas en 4 grados de gravedad:
• Grado 0: no se encuentran hallazgos en las imágenes.
• Grado I: pequeña cantidad de fibras musculares lesionadas, entre el 1 y el 10% de las totales.
• Grado II: afecta al 20-25% de las fibras totales, ya aparece tumefacción y hematoma.
• Grado III: lesiones graves, se considera rotura total cuando hay más de un 80% de las fibras musculares afectadas.
Rehabilitación de la fuerza general del isquiotibial lesionado en futbolista
Rehabilitación de gesto específico en rotura de fibras de isquiotibial en futbolista
Una rehabilitación que garantice una recuperación completa y que evite recaídas posteriores en la lesión debe comenzar con una disminución del dolor y del sangrado, activación muscular desde el momento de la lesión y una buena regeneración de las fibras musculares.
El tiempo de recuperación y el RTP (Return To Play) dependerá del grado de la lesión y su localización, pero siempre debemos reeducar el gesto en el que se ha producido y preparar los tejidos antes de volver a los entrenamientos y la competición.
Respecto al dolor y el sangrado, la aparatología INDIBA ayuda a una más rápida reabsorción del edema, con tiempos de desaparición de este de entre 4 y 5 días. Además, mejora el dolor y prepara la zona de la lesión para la formación de la cicatriz, acelerando así los procesos de recuperación musculares y, por tanto, la vuelta al deporte.
Por otro lado, la magnetoterapia y el láser actuarán como relajantes musculares, antiinflamatorios y vasodilatadores, aliviando el dolor en las primeras fases de la rotura y favoreciendo la oxigenación y la reparación de los tejidos. La primera lo hará mediante campos magnéticos constantes o variables de baja frecuencia en nuestro organismo, mientras que el segundo hace uso del espectro útil electromagnético.
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